martes, 1 de junio de 2010

CAMARIÑAS



Llegamos a CAMARIÑAS, en la ‘’COSTA DA MORTE’’ su historia es un hecho real, mas de 148 hundimientos y naufragios desde el siglo XVII hacen de ella un enigma.
El topónimo de CAMARIÑAS proviene de un arbusto la ‘’camariña’’, que es muy frecuente en la zona. Llegamos y después de pasear por su puerto pesquero llegamos al cabo Vilan o Villano, también paseamos por su tradicional villa, cuna del encaje, por sus típicas calles hasta la Iglesia de San Jorge, pudimos ver grupos de mujeres con sus palillos dando forma a los más variados encajes, los mundillos alargados pero le salen unos palos arriba para ponerlos sobre una silla.
Durante la Edad Media, él trafico marítimo-comercial con el resto de Europa, trajo a Camariñas el famoso encaje que las palilleiras llevan perfeccionando desde aquella época hasta nuestros días. ,
Respecto al origen del encaje gallego, Carmen Baroja de Caro en su libro El encaje en España nos dice:
Son estos encajes de Camariñas, guipures de bolillos parecidos a los de Cluny.Llevan muchos puntos de sprits, formando estrellas y flores.Los fondos son de barretas trenzadas y algunos de malla cuadrada estilo de los puntos de Paris.. No recuerdan nada a los primitivos pasamanos españoles.
Cuando estuvimos allí había una Escola Obradoiro, una especie de Escuela Taller, donde se hacían solo encajes gallegos, son muy variados, voy a poner algunos nombres de puntillas, como, conchiña, tipo pluma, acordeón, berberecho, tipo corazón, puntillas de cordones, tipo gitana, y el mas significativo simonas, también algunos con diseños geométricos o estilos modernistas y muchos mas que no voy a extenderme en ello, pero para mi lo mas difícil de hacer es la hoja de guipur, creo que por mucho que la haga nunca me quedara perfecta y allí he visto hacerla con una soltura que no le veía las manos, y desde luego mirando no podía aprender.
Pero aquí para terminar lo que más disfrute fue sentarme con una palilleira en la puerta de su casa mirando el mar y ponerme a hablar con ella y mientras me contaba que estaba esperando a su marido que viniera de la mar porque era pescador, ella hacia metros y metros de encaje como si nada, con la importancia que le damos las que hemos tenido que pagar para aprender, para ella era una ayuda para su casa, y aprendí mucho de esa mujer tan sencilla y tan agradable, no la olvidare tan fácilmente.